miércoles, 21 de julio de 2010

ENFERMEDADES PSICOSOMÁTICAS Y TRASTORNOS ALIMENTICIOS


Las enfermedades psicosomáticas son una serie de síntomas físicos que somatizamos como mecanismo de defensa. Es un desplazamiento de un problema psíquico al plano físico u orgánico.
En estos casos, lo más acertado es entender los síntomas como mensajes, no como enfermedades, y trabajar desde el plano psicológico la raíz del problema.
Debido a la falta de tiempo en las consultas y al difícil diagnóstico de las enfermedades somáticas, la Medicina tradicional tiende a centrarse casi exclusivamente en los síntomas físicos de la enfermedad, olvidando la verdadera causa del problema o aquello que lo puede estar manteniendo.
Es corriente encontrar personas que se quejan de haber recorrido varios médicos sin que les encuentren nada; sin embargo, continúan sintiéndose mal y presentando algunos de los síntomas antes comentados. En muchas de estas ocasiones estamos ante problemas psicosomáticos. A menudo los médicos tratan con fármacos a estos pacientes adminstrándoles ansiolíticos, pero al cabo de un tiempo éstos vuelven con el mismo problema sin resolver o con otros síntomas diferentes. Así pues, al final el médico deriva a este tipo de pacientes al psicólogo alegando que todo es una cuestión de “nervios”.

Los hábitos alimentarios son un reflejo de las necesidades afectivas y de la situación mental de la persona. La necesidad y la situación con respecto a la ingestión de alimentos están íntimamente ligadas desde la más tierna infancia.
En la primera etapa de nuestra vida, no existe otra función vital más importante que la ingestión de alimentos. Satisfacer el hambre produce una intensa satisfacción de seguridad y bienestar.
Los trastornos alimentarios se han convertido en un problema del comportamiento con una incidencia de más del 50% en mujeres europeas de todas las edades.
La ingestión de alimentos no es sólo un proceso fisiológico, sino que está muy unido al sentimiento de recogimiento, de ser querido o producir sentimientos totalmente contrapuestos.
La Anorexia y la Bulimia son los trastornos más conocidos, pero existen muchos otros que "no hacen tanto ruido" y pasan más desapecibidos, siendo igual de destructores para la salud de las personas.

Podemos destacar varias alteraciones del comportamiento alimentario:
Alteraciones por defecto: En las que encontraríamos la anorexia
Alteraciones por exceso: En la que encontraríamos la Hiperfagia (aumenta la cantidad de ingesta de alimentos de forma contínua), y la Sobreingesta (aumenta la cantidad de ingesta de alimentos en situaciones de crisis).
Alteraciones en la forma: Aquí tendríamos la Bulimia Nerviosa (es más un trastorno de control de impulso), la Anorexia Selectiva (Se da la desnutrición y la obesidad infantíl), el Trastorno por PICA (ingesta de sustancias no nutritivas: Tricotilofagia, se comen las puntas del pelo y Onicofagia, se comen las uñas), el Trastorno por rumiación y la Ortorexia (obsesión por comer sano).

Cualquier tipo de alteración o trastorno alimentario debe ser abordado por profesionales de la Psicología de la Salud, de forma sistémica, desde varios planos: el personal, el familiar, el entorno (amistades) y la escuela o ambiente laboral.

En el caso de sufrir algún tipo de alteración antes mencionado y ser abordado únicamente desde el plano de la dieta, el éxito será nulo y la persona seguirá con los síntomas o creará una derivación hacia otra sintomatología.

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